lunes, 21 de junio de 2010

Bottles


Textos aniquilados, fusilados y cohibidos. Trataba de buscarte de una u otra manera y por mayor que sea mi estúpido y acuoso intento no podía, aun cuando más te necesitaba y cuando mis revoluciones estaban tan cansadas, mis patéticas revoluciones terminaban siendo “nada”, aniquiladas como mis textos atrapados en el tiempo y sostenidas en el libido del placer recordando cuando aun tú estabas, jugando con lo que quedaba de mi cuerpo, noche tras noche.

Los pájaros grises habían entornado vuelo, ambiguo y medroso en mí, tu verbo, tu cuerpo, tu ser aun permanecía como fuerte mordida en mi cuello. En los hielos derretidos sobre el whisky nocturno, Sofía recordaba, Sofía sola, recordaba pasar sus dedos sobre los míos, dibujando mis ojos, cerrándome los párpados para no ver el vacío; perseguía mis revoluciones de alguna manera para no sentirme aniquilada, como los viejos textos, como las viejas huellas, como el viejo zapato, como un viejo último suspiro por ella, por la ultima botella.

Te había querido tanto Sofía, te había amado, te lo juro, aunque se acabe la última gota, de mi última botella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario