lunes, 12 de julio de 2010

Disipante mirador

Mierda….


Y la noche es tan serena cuando hace frío, tan serena y suave. Esos, los tipos en la calle, cuatro malos chicos que arruinan todo rastro de magia, a las estrellas y al humo gris en el pecho, momentos que se matan de un solo tiro, momentos tristes, necesito una manta, un arma y más cigarrillos.

Las luces de la calle encienden igual que las colillas destrozadas, de aquí arriba se ve la ciudad tierna y virginal, vacía ahora, como el cielo sin estrellas trepando en mi cama y en las palabras entonces, solo tú quieres, yo quiero, ¿nosotros queremos a apretar el gatillo?.

Las voces opacan, los perros ladran ¿sientes? Déjame sentir sobria, no me embriagues todavía con tu imagen pueril, marquemos fechas en un calendario dibujado tras las constelaciones, apaga las luces ahora, cierra los ojos, dibújame en nuevo rostro, dibújame perfecta, déjame sentirte, tus manos, tus labios, tu corazón roto…. ¿Ahora es el momento? ¿Es fácil sentirlo? Dímelo tu mujer encima del techo, apaga las luces vecina ¡apágalas! Cierra los ojos.



¿Por qué la gente no duerme? Y los chicos malos salen con bates a las calles frías, nosotros los que no tenemos hogares, preferimos quemar imágenes bajo la pupila negra, quemar todo encima de un techo, fusilar nuestros corazones con las pocas balas que nos quedan en tiempos nocturnos después de haber robado un ron…¡pero qué puta!, ¡pero qué puta con el corazón partido!

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